Alberto Pérez, jefe de Gabinete y mano derecha del gobernador, recibió hoy al ministro Baldomero "Cacho" Alvarez, y difundió el encuentro. Fue una manera de ratificarlo en el cargo ante las versiones del kirchnerismo de su renuncia el próximo lunes. La Casa Rosada no le perdona que haya objetado las colectoras y buscado la expulsión del PJ bonaerense del apoderado kirchnerista Landau.
Politica Online | 07.05.2011 16:40:00
Daniel Scioli está dispuesto a librar la segunda batalla del año para evitar que el kirchnerismo le "renuncie" un ministro. Meses atrás logró abortar el desplazamiento del ministro de Seguridad, Ricardo Casal, que soportó durante semanas el fuego a discresión de Horacio Verbitsky y Nilda Garré, entre otros destacados kirchneristas.
Ahora la película se repita y esta vez el blanco de la Casa Rosada es el ministro de Desarrollo Social, Baldomero "Cacho" Alvarez, que ayer los kirchneristas de La Plata daban por renunciado este lunes.
Ayer por la noche fuentes sciolistas desmintieron a LPO la versión. Pero este mediodía la desmentida traspasó el "off" y llegó en formato de foto y comunicado oficial.
Nada menos que la mano derecha de Scioli, su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, recibió hoy al cuestionado ministro de Desarrollo Social para "continuar planificando el trabajo que llevarán a cabo desde ambas carteras provinciales durante las próximas semanas", según reza la gacetilla. El mensaje a la Casa Rosada no pudo ser más claro.
El kirchnerismo ya desde la época en que vivía Néstor Kirchner consideraba a "Cacho" Alvarez el eje de las conspiraciones bonaerenses. Lo sindican como parte de un eje que integra el titular del Senado provincial, Federico Scarabino, y el jefe de bloque de senadores Osvaldo Goicochea.
Se supone que este trío es el que impulsó en su momento la opción "Scioli Presidente" para enfrentar a Néstor Kirchner y acaso también a Cristina. Y los vinculan con lo más rancio del parato del PJ bonaerense, que para la Casa Rosada en términos culturales sigue siendo "duhaldista".
Cacho desde el año pasado que lanzó un operativo muy fuerte para ser el próximo vicegobernador de Scioli, pero enterado que esta opción no pasa por el filtro de la Casa Rosada, acentuó su perfil contrario a las iniciativas del kirchnerismo en la provincia.
En esa guerra fría primero cuestionó frontalmente a un importante aliado del kirchnerismo como Martín Sabbatella y a las colectoras -que terminaron imponiéndose-; y la semana pasada embistió con el apoderado partidario Jorge Landau, cerebro legal de las colectoras. Fue la gota que colmó la paciencia del kirchnerismo, que ahora presiona a fondo para que renuncie al ministerio, al tiempo que trabajan en su distrito, Avellaneda, para arrebatárselo.
Ahora la película se repita y esta vez el blanco de la Casa Rosada es el ministro de Desarrollo Social, Baldomero "Cacho" Alvarez, que ayer los kirchneristas de La Plata daban por renunciado este lunes.
Ayer por la noche fuentes sciolistas desmintieron a LPO la versión. Pero este mediodía la desmentida traspasó el "off" y llegó en formato de foto y comunicado oficial.
Nada menos que la mano derecha de Scioli, su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, recibió hoy al cuestionado ministro de Desarrollo Social para "continuar planificando el trabajo que llevarán a cabo desde ambas carteras provinciales durante las próximas semanas", según reza la gacetilla. El mensaje a la Casa Rosada no pudo ser más claro.
El kirchnerismo ya desde la época en que vivía Néstor Kirchner consideraba a "Cacho" Alvarez el eje de las conspiraciones bonaerenses. Lo sindican como parte de un eje que integra el titular del Senado provincial, Federico Scarabino, y el jefe de bloque de senadores Osvaldo Goicochea.
Se supone que este trío es el que impulsó en su momento la opción "Scioli Presidente" para enfrentar a Néstor Kirchner y acaso también a Cristina. Y los vinculan con lo más rancio del parato del PJ bonaerense, que para la Casa Rosada en términos culturales sigue siendo "duhaldista".
Cacho desde el año pasado que lanzó un operativo muy fuerte para ser el próximo vicegobernador de Scioli, pero enterado que esta opción no pasa por el filtro de la Casa Rosada, acentuó su perfil contrario a las iniciativas del kirchnerismo en la provincia.
En esa guerra fría primero cuestionó frontalmente a un importante aliado del kirchnerismo como Martín Sabbatella y a las colectoras -que terminaron imponiéndose-; y la semana pasada embistió con el apoderado partidario Jorge Landau, cerebro legal de las colectoras. Fue la gota que colmó la paciencia del kirchnerismo, que ahora presiona a fondo para que renuncie al ministerio, al tiempo que trabajan en su distrito, Avellaneda, para arrebatárselo.
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