viernes, 29 de abril de 2011

El caso Techint y las colectoras confirman que De Vido está afuera del núcleo de decisión

El ministro de Planificación les había confirmado a los intendentes del Conurbano que la Presidenta no habilitaría las listas colectoras, pero a los tres días se reglamentó la reforma política. Y en medio del conflicto con el grupo de Paolo Rocca, Boudou le arrebató su rol de interlocutor. Quiénes forman parte de la mesa chica del cristinismo.
“Quédense tranquilos: acabo de hablar con Julio y me confirmó que la Presidenta está en contra de las colectoras, no las van a autorizar”, afirmó el martes pasado el intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, en una cumbre con sus colegas del Conurbano. Pero el viernes finalmente se conoció el decreto de Cristina Kirchner habilitando las "listas de adhesión".

El papelón de Curto fue el dato que faltaba en la política bonaerense para que los intendentes, habituales interlocutores del ministro de Planificación, terminaran de confirmar que en la nueva etapa cristinista, De Vido fue corrido del centro de las decisiones políticas, que hoy hegemoniza Carlos Zanini.

Es que De Vido basó su poder político durante la era kirchnerista en monopolizar la interlocución de tres sectores que hoy viven situaciones de tensión con la Casa Rosada: los intendentes del Conurbano, la CGT que lidera Hugo Moyano y los grandes empresarios.

El conflicto con Techint es otra prueba del desplazamiento que sufrió en los últimos meses el ministro de Planificación. En medio del cruce con Siderar por la incorporación de directores que representen al Estado, Amado Boudou se erigió como el portavoz oficial del Gobierno en el diálogo con el grupo de Paolo Rocca, un rol que históricamente ocupaba De Vido.

Fue el titular de la cartera de Economía quien se comunicó con Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, para explicarle los motivos del decreto que firmó la Presidenta, que eliminó la restricción del 5% que tenía la ANSES para ejercer sus derechos accionarios en compañías privadas. Los contactos con Luís Betnaza, lobbysta de Techint, también los realizó Boudou.

Pero además de Carlos Zanini, la mesa chica de Cristina tiene otro integrante: Héctor Icazuriaga, el director de la SIDE. En ese acotado círculo se está consolidando el núcleo duro del cristinismo.

Con ese respaldo, Icazuriaga también recuperó su poder dentro de la Secretaría de Inteligencia, luego de largos años en los que Néstor Kirchner había delegado la autoridad en Francisco "Paco" Larcher, número dos y conocido como "El señor 8".

El director de la SIDE ya dejó en claro su liderazgo, y en las últimas semanas lo demostró al desautorizar a Larcher. Icazuriaga frenó el traslado de Fernando Pocino, director de Inteligencia Interior, un enemigo de "El señor 8".

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